Puebla: El desgaste acelerado de la 4T en los municipios

La ola morenista que arrasó en las urnas en 2018 y se reafirmó en 2021 comenzó a evaporarse —y rápido— a nivel municipal en Puebla. A partir del 15 de octubre de 2024, cuando tomaron protesta las nuevas administraciones locales, quedó claro que la continuidad de la 4T en el poder no siempre garantiza estabilidad, ni mucho menos resultados.
Hoy, con casi 10 meses de gestión, los municipios que repitieron con gobiernos de Morena o sus aliados enfrentan su mayor reto: sobrevivir a su propio desgaste.
La 4T municipal: lo bueno (aunque cada vez más escaso)
En municipios como Puebla,Tehuacán, Amozoc, Izúcar de Matamoros y Ajalpan, los gobiernos han logrado mantener cierta gobernabilidad gracias a su control territorial, alianzas locales y el uso eficaz de la narrativa social de la 4T: cercanía con el pueblo, programas federales y combate al "pasado corrupto".
En Tehuacán, por ejemplo, el morenismo se ha sostenido con operación política y apoyo de estructuras comunitarias que siguen viendo a Morena como la opción menos mala frente a los errores del PRI o PAN del pasado.
¿Y lo malo? Desgaste, torpeza y fracturas internas
Pero fuera de esos pocos ejemplos, el resto de los gobiernos morenistas en Puebla están envueltos en crisis de legitimidad, falta de oficio y divisiones internas.
Casos como:
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San Martín Texmelucan: gobernado por Morena en dos periodos consecutivos, el municipio vive en permanente caos. La inseguridad, los escándalos de corrupción y la ruptura entre liderazgos locales tienen al morenismo al borde de perder su hegemonía.
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Huejotzingo: el gobierno municipal —también morenista— no ha podido contener la percepción de abandono y violencia. La ciudadanía está decepcionada y los aliados internos enfrentados.
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Atlixco: con un gobierno alineado con la 4T, se ha aislado de la ciudadanía. No hay proyectos emblemáticos ni gestión eficaz, y la oposición comienza a resurgir.
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Coronango, Cuautlancingo y Zacatlán: municipios donde la continuidad morenista se ha traducido en gobiernos grises, ausentes o clientelares, sin rendición de cuentas ni resultados tangibles.
Los síntomas del colapso: improvisación y soberbia
Una constante en los municipios morenistas es la falta de cuadros profesionales. Muchos gobiernos están encabezados por perfiles que llegaron por lealtad, no por capacidad. Hay una desconexión entre el discurso transformador y la realidad del servicio público.
Además, la soberbia política ha generado alcaldes que no rinden cuentas, que se aíslan del pueblo o se convierten en pequeños caciques locales bajo el amparo de la 4T.
Radiografía política rumbo a 2027
Si hoy fueran las elecciones, al menos la mitad de los municipios morenistas estaría en riesgo real de alternancia, no por fuerza de la oposición, sino por autodesgaste interno.
Municipios en alerta roja:
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San Martín Texmelucan
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Huejotzingo
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Atlixco
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Coronango
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Cuautlancingo
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Zacatlán
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Teziutlán
Municipios que resisten con reservas:
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Tehuacán
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Amozoc
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Izúcar de Matamoros
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Ajalpan
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Acatlán
Conclusión: ¿La 4T sobrevive a sus propios errores?
El gran reto de Morena en Puebla no fue ganar con AMLO en la boleta, sino sobrevivir sin él. Y aunque tienen maquinaria electoral y programas sociales de su lado, la credibilidad municipal se está desplomando.
Morena no ha sabido ser gobierno local. Si no corrige el rumbo en los próximos dos años, 2027 podría convertirse en el inicio del fin de su control territorial en Puebla.